Es imprescindible resaltar la importancia de que los docentes
que trabajan con alumnos con Asperger tengan muy presente que es en base al
desarrollo de habilidades sociales y comunicativas en sus alumnos, que podrán
contribuir en su formación de manera significativa, pues gracias a ellas podrán
brindarles la posibilidad de tener un desarrollo integral.
De acuerdo con Bautista (2002)
es importante que el docente comprenda que el alumno con Asperger tiene un
trastorno del desarrollo inherente que le hace comportarse y responder de un
modo distinto a los demás. En éste sentido los niños pueden presentar
sensibilidad hacia la personalidad de los profesores, siempre que éste muestre
comprensión hacia su alumno.
El profesor cuenta con la capacidad de crear
ambientes adecuados donde los procesos y estrategias que seleccione, puedan ser
creativos e innovadores y así esperar un mejor desempeño por parte del alumno
con Asperger.
El tratamiento más eficaz y universal es
actualmente la educación, por tanto, el trabajo del profesor es acercar a los
niños con Síndrome de Asperger a un mundo humano de relaciones significativas (Riviére &
Nuñez, 1989) .
El docente no debe perder de vista que
es necesario acercarse a las pautas educativas
planteadas por la institución escolar, a pesar de las deficiencias que los
alumnos con Asperger puedan mostrar, deberá mantener una actitud directiva
estableciendo de forma clara y explícita sus objetivos, procedimientos,
métodos, etc.
El profesor debe analizar cuidadosamente las
condiciones ambientales que fomenten el aprendizaje, seleccionar los materiales
adecuados cuidando que sean atractivos para las tareas que debe realizar el
alumno con Asperger. Además deberá adaptar la dificultad de la tarea de acuerdo
al nivel de conocimientos o habilidades que posea el alumno, por ello deberá
crear procedimientos educativos explícitos.
Tapia (1991) señala que ayudaría
de manera sustancial a los profesores y por ende al alumno con Asperger, tener
un breve seminario sobre el Síndrome de Asperger en la escuela, enfatizando los
problemas a los que se enfrenta el niño, sus medios para luchar contra la
frustración, las cualidades que pueden mostrar ante determinadas tareas y el
punto de vista del alumno con Asperger para que los profesores acoplen su
conducta a la clase.
Por su parte Attwood (2007) enfatiza el hecho de
que aunque el profesor tenga experiencia con otros alumnos con el mismo trastorno,
cada uno es diferente y por tanto tendrá que adecuar las estrategias que
utiliza, por ello aprender cómo entender y relacionarse con el alumno puede
demorar varios meses.
Riviére (1989) menciona que el
profesor debe tener en cuenta ciertas pautas que permitan al niño acercarse a los
objetivos educativos, a pesar de las deficiencias que presenta, ello requiere
ambiente educativo muy estructurado, en donde el entorno sea relativamente
simple al mismo tiempo que le permita comprender al niño la relación entre su
conducta y el ambiente. El alumno con
Asperger se verá favorecido en un ambiente educativo más personalizado, en
donde los grupos sean pequeños, reforzando el aprendizaje con materiales y
tareas atractivas.